“La mansión de los gatos. Los misterios de la gata Holmes”, es el nuevo libro editado en nuestro país de una extensa y clásica saga detectivesca japonesa (casi 50 novelas (contando la recopilación de relatos cortos) y sumando), que destaca por su sencillez, simpatía y su diversión, por su sentido de humor irónico y aura de suspense.
Como es habitual en España nos saltamos libros de sagas, y pasamos al tercero, “La mansión de los gatos” publicado originalmente en 1980, y que nos devuelve a la acción a la gata Holmes, uno de los personajes más queridos y populares de la ficción japonesa.
El detective Katayama de la Comisaría Central Metropolitana, viaja junto a su hermana Harumi a una pequeña ciudad residencial situada a las afueras de Tokio. Su objetivo es conocer el nuevo apartamento de su colega Ishidzu, un policía que quiere casarse con Harumi.
Una vez en la pequeña ciudad comprobarán que su expansión es inevitable pues los dueños de la empresa constructora pretenden absorber los terrenos que ocupa una pequeña aldea tradicional colindante. Sin embargo, la propietaria de los terrenos, una misteriosa mujer que vive en una mansión rodeada de gatos, se niega a venderlos.
Cuando, días después, la mujer aparece salvajemente asesinada junto a varios de sus gatos, los dos detectives deberán resolver el homicidio. Lo que en principio parecía un asesinato por motivos económicos, pronto comienza a complicarse, pues a medida que avanzan las investigaciones, aparecen más cadáveres y todo apunta a que los crímenes están siendo cometidos por bakeneko, gatos fantasma capaces de tomar forma humana que están llevando a cabo su sangrienta venganza.
¿Pero de quién y por qué quieren vengarse los felinos? ¿Se trata en realidad de gatos fantasma o todo tiene una explicación racional?
“La mansión de los gatos” es una novela ligera y trepidante, alejada de la formalidad y el ritmo sosegado de la novela japonesa más tradicional, llena de tópicos del género negro, y con momentos y situaciones que nos dejaran con cierto regusto a déjà vu, que nos recordara a la entrega anterior. Pero no importa, “La mansión de los gatos” es una lectura igualmente de lo recomendable, es lectura de evasión sin complejos y sin mas pretensiones que distraer.
Estamos ante una novela muy amena y agradable, a la que en esta entrega se le añade cierto toque misterioso sobrenatural, y además contamos con el carisma de la Gata Holmes, una gata de la raza calicó de lo más inteligente, que ayuda a resolver misterios por medio de un comportamiento inusual que conducen a pistas y para la resolución del caso. Quizá no sea el personaje principal de esta saga, pero sin duda sí que es el que la hace destacable, representativa y original.
En esta entrega se sigue desarrollado la personalidad de los personajes recurrentes y principales humanos, el inocente, noble y atípico detective Katayama, un joven introvertido que siente pánico por la sangre y las mujeres, y su hermana Harumi, decidida y valiente, a los que se les une Ishidzu (personaje que se introduce en el libro segundo de la saga), compañero de Katayama, quien siente interés amoroso por su hermana, y tiene pánico a los gatos, incluyendo la Gata Holmes.
Como ya comente en la reseña de la primera parte de este libro ("Los Misterios de la Gata Holmes"), Jiro Akagawa, es un escritor prolífico con más de 500 novelas, que contribuyo en el auge de nuevo de la novela negra en Japón. Akagawa, fue en los 70 uno de los impulsores de la vuelta a la popularidad de la novelas negra en el país del sol naciente, junto a Seishi Yokomizo (máximo culpable), Soji Shimada y Yukito Ayatsuji, entre otros.
“La mansión de los gatos”, es una novela simpática, sencilla, ligera y entretenida, una lectura placentera, eso sí, para paladares poco exigentes del género negro.
Puntuación 6/10